SERES SINTIENTES, VÍCTIMAS DE LAS COMPRAS IMPULSIVAS EN ÉPOCA NAVIDEÑA

La Real Sociedad Canina de España afirmaba hace unos días que la mitad de los perros que son regalados en Navidad terminan siendo abandonados. Por otro lado, la Fundación Affinity publicaba recientemente su Estudio “Él nunca lo haría”. Un Informe Anual sobre Animales abandonados, perdidos y adoptados en España durante el año 2019, que se puede consultar en su página web.  Sorprendentemente, en España no contamos todavía con un registro de cifras oficiales que nos permita llevar un control exhaustivo de todos los perros y gatos que son abandonados o recogidos en la calle. Es por ello que, la Fundación Affinity lleva a cabo una encomiable labor cada año, colaborando con las diversas organizaciones y entidades de protección animal de nuestro país, recopilando datos y dando cifras aproximadas de la situación de recogida de animales perdidos y abandonados en nuestro país.

La llamada pidiendo auxilio a los representantes e instituciones públicas es real, porque en el año 2019 según el Estudio, se recogieron de la calle 306.000 animales, de los cuales más de un 70% ni tan siquiera llevaban microchip. Aunque en nuestro país todavía no contemos con una ley nacional de protección animal, todas las comunidades autónomas disponen de una ley autonómica de estas características que impone por ley a los propietarios la obligación de que los animales estén identificados a través de microchip. Es evidente que esta es otra prueba más de las deficiencias (por inexistentes) de nuestro aparato legislativo en materia de protección animal. Se incumple la ley, pero los poderes públicos no lo valoran, porque no se lleva a cabo un control real de cuántos animales hay en nuestro país. Y aunque el abandono animal es un delito tipificado en el artículo 337 bis de nuestro Código Penal, algo sigue fallando en nuestro sistema, porque las cifras no disminuyen.

El drama de la compraventa de animales en épocas navideñas se repite año tras año, y la compra de cachorros para regalar en navidades incrementa exponencialmente. Muchas personas compran animales de forma irresponsable, como si se tratase de juguetes sin ser conscientes de que adquirir un animal significa asumir obligaciones, responsabilidades y tener claro que, a partir de ese momento, pasaremos a tener a nuestro cargo una vida que dependerá de nosotros, de nuestros cuidados y atenciones, para siempre.

Más allá de entrar a valorar si puede considerarse moralmente reprochable pagar cientos de euros por un animal, cuando las protectoras están saturadas de perros y gatos que pasan sus días encerrados en jaulas esperando ser adoptados, la mayor parte de las personas que compran animales desconocen lo que hay detrás. Nos referimos al negocio enormemente lucrativo que representa la compraventa de cachorros, y en general, el tráfico de animales. ¿Sabías que el tráfico ilegal de animales está entre los negocios más lucrativos del mundo? Según la ONU, se encuentra concretamente en el 4º lugar, después del tráfico de drogas, de armas y de personas.

¿Has oído hablar de las puppy mills?

Son centros de cría en masa de perros y gatos, donde los animales viven encerrados en jaulas, tratados como números, y las hembras son obligadas a encadenar celos constantes y se pasarán toda su vida dando a luz a cachorros que serán vendidos, posteriormente, a tiendas o criaderos que comercializarán con ellos por cientos y miles de euros. Los cachorros son destetados de sus madres antes de la edad recomendada y no tienen los cuidados veterinarios adecuados. ¿Consecuencia? Contraen enfermedades como el coronavirus, parvovirus o panleucocemia, porque su sistema inmune es débil.

Se ubican principalmente en EEUU y países de Europa del Este. Cuando crees que estás comprando un animal de un criadero nacional, en realidad ese cachorro ha recorrido miles de km en un camión, hacinado con otros cientos animales, muchos de los cuales fallecen antes de llegar a su destino. Detrás de este negocio se esconden actividades delictivas como la falsificación de documentos o el blanqueo de capitales. ¿Sabes cómo se lucha contra esto? No comprando. Sin demanda, no hay oferta. La actividad se les acaba, porque si nadie compra, no sale a cuenta.

Además del sufrimiento animal (que no es poco importante), el propietario puede perder mucho, mucho dinero. Debería importarte el sufrimiento animal, y saber que si compras animales puedes estar colaborando con esta red de explotación y sufrimiento animal. No obstante, si con eso no te convencemos, te advertimos de algo. Una gran parte de las personas que han comprado cachorros en tiendas o por internet, han tenido que invertir posteriormente mucho dinero en gastos veterinarios, o en abogados. O bien el cachorro ha terminado falleciendo a los pocos días o meses de haberlo comprado, o ha tenido que ser tratado por graves enfermedades. Los animales no se venden sanos. Sufre el animal, y sufre quien lo compra.

Y espera, porque si piensas algo como: “bueno, pues que me devuelvan el dinero”, te avanzamos algo. Las tiendas lo saben. Saben que estas cosas pasan. Por lo que en los contratos de compraventa siempre, siempre se cubren. ¿Cómo? Incorporando cláusulas que establecen que en caso de enfermedad o fallecimiento del animal no se devolverá el dinero, sino que se entregará otro cachorro. ¿Te imaginas? Como si se tratase de objetos reemplazables, y como si diese mucha confianza que te entreguen otro animal del mismo sitio.

Un círculo de sufrimiento para todos…

Las protectoras de animales en nuestro país están saturadas de animales abandonados. No obstante, a la vez, personas que dicen ser amantes de los animales se gastan cientos de euros (y a veces miles) en comprar cachorros para regalar. Pero a su vez, cada año, después de las fechas navideñas, se abandonan cientos de animales víctimas de compras impulsivas muy poco reflexionadas, que terminan en centros de acogida. Protectoras y refugios saturados, sin recursos y con miles de vidas a su cargo, que quizá pasarán años hasta que encuentren un nuevo hogar, porque la gente prefiere comprar antes que adoptar.

Se supone que quien compra perros y gatos lo hace porque quiere a los animales. Pues te recordamos algo: la raza no hace la diferencia. Tampoco la edad.

Adopta. Porque el amor no se compra.